En la entrada del día de hoy aprovecho para publicar la primera parte de un interesante análisis del Doctor D. Francisco Manuel de las Heras y Borrero, el cual me ha permitido muy amablemente publicar una entrada que originalmente fue publicada en el Blog amigo de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria. Espero que sea del interés de mis lectores.
Por D. Francisco M. de las Heras y Borrero.
Presidente de la Casa Troncal de los
Doce Linajes de Soria.
Doctor en Derecho.
El continente africano, cargado de belleza y dotado de una riqueza espectacular, que no siempre ha contribuido a su desarrollo, tiene una cultura antigua y unas tradiciones llenas de simbología, valores espirituales y respeto a sus ancestros muy interiorizados en el alma del pueblo.
En la actualidad, tras la independencia y emancipación de las potencias coloniales en los años 1960-1970, sólo quedan tres monarquías como forma de gobierno de una pléyade generalizada de las mismas: Reino de Lesotho, Reino de Marruecos y Reino de Swazilandia, estados soberanos que actúan como tales en el concierto internacional, y sobre los que en otra ocasión expondremos sus honores y distinciones.
No obstante, lo curioso de las antiguas monarquías africanas, que desaparecieron como forma de gobierno tras el acceso a la independencia de sus respectivos países, es que aun habiendo sido sustituidas por formas gubernamentales republicanas, sus titulares, “los reyes y jefes tradicionales”, siguen desempeñando un rol social de primer orden en sus respectivos países, siendo reconocidos en esta condición por los actuales poderes soberanos e incluso por los organismos especializados de las Naciones Unidas, como tendremos ocasión más delante de precisar.
Se trata, pues, de una institución viva, actual, con una responsabilidad y un cometido que realizar en bien de la sociedad de la que forma parte.
Los “reyes tradicionales”, expresión común por la que son conocidos los titulares de las dinastías que han venido rigiendo hasta su independencia los destinos de estos países, se ven consultados por sus gobiernos, emiten informes y dan consejos, asumen responsabilidades de representación social y desempeñan una trascendental función de defensa de la cultura y las tradiciones. Vienen a constituir el verdadero hilo conductor de las señas de identidad del alma africana.
Muchos de estos reyes gozan no sólo de un reconocimiento oficioso, sino también de un rango y nivel oficial, al mismo pié de igualdad que otras instituciones y organismos consultivos.
Todos ellos tienen una pequeña corte que atiende su protocolo y le ayudan en el cumplimiento de sus funciones, ya sean oficiales o tradicionales. La mayoría de las veces, continúan habitando en sus residencias y “palacios” de siempre, para lo cual en muchas ocasiones han tenido que emprender importantes obras de restauración, a fin de que no se pierda este valioso patrimonio histórico-arquitectónico.
Mediante el ejercicio del derecho premial, que nunca dejaron de ejercer, los “reyes y jefes tradicionales” recompensan los servicios prestados a favor de su causa o del pueblo africano en general, pudiendo ser beneficiarios de estas recompensas tanto los nacionales de su propio país como los extranjeros.
Para el mejor desempeño de sus funciones y defensa de los valores que representan, hace unos pocos años se dotaron de una organización estable y permanente, mediante la que poder llevar a cabo una presencia más activa y una conducta más eficaz, tanto en el plano interno de sus propios estados como en el plano internacional.
Consejo Superior de Reyes de África.
El Consejo Superior de los Reyes de África fue fundado los días 15, 16 y 17 de enero de 1998 bajo la iniciativa de Su Majestad Kpodegbe, soberano de Allada, Rey de Benin, quien con el objetivo de luchar por la defensa de la tradición, reunió a sus pares africanos a tal efecto.
El Consejo, que ha adoptado la forma jurídica de O.N.G., tiene por objetivos:
a)La lucha por el mantenimiento de la paz en África y en el Mundo.
b)La revalorización de las tradiciones ancestrales africanas.
c)El refuerzo de la Unidad Africana.
Este organismo agrupa a todos los “reyes y jefes tradicionales africanos”, siendo gobernado por una representación de los mismos (Bureau Executif). En el interior de este órgano de gobierno se realiza una distribución de tareas, o “carteras”, bajo la responsabilidad de un “rey tradicional”. Los reyes y jefes tradicionales, periódicamente, se reúnen en Consejo en diversos puntos del continente africano según un orden del día bien preciso y detallado. Sus conclusiones son puestas en conocimiento de los respectivos gobiernos y de los organismos especializados de las Naciones Unidas.
El Consejo Superior de Reyes de África impulsa y coopera con los reyes tradicionales para que el desarrollo de las instituciones modernas traiga sus raíces de los valores antropológicos y culturales incardinados en la conciencia colectiva.
La historia de los jóvenes Estados africanos, desde su independencia formal de los años 60 del pasado siglo XX hasta nuestros días, no ha sido más que la historia de un largo, lento, penoso y obstinado proceso de asimilación de instituciones políticas, administrativas, económicas, jurídicas, y socio-culturales de Occidente.
El error de las primeras élites dirigentes de los nuevos Estados africanos fue olvidar las estructuras tradicionales. Partiendo del principio que las mismas causas producían los mismos efectos, consideraron, inocentemente, que copiando las instituciones extranjeras, obtendrían, como por milagro, el desarrollo económico y social de sus países.
Los “reyes y jefes tradicionales”, ante el fracaso de modelos importados, trabajan por conciliar tradición y modernidad, adaptando sus instituciones de forma apropiada para hacer frente a los nuevos desafíos. Su trabajo no está resultando en vano y, cada día, ven crecer su prestigio y protagonismo en sus territorios, donde sus opiniones y pareceres están siendo más valoradas y tomadas en consideración.
No resulta nada extraño ver cómo los “reyes y jefes tradicionales” son convocados expresamente por los Presidentes y Jefes de Estado africanos para que les aconsejen en una polémica cuestión o intervengan como mediadores e intermediarios en conflictos delicados, a los que gracia al respeto y consideración de que siguen gozando entre sus conciudadanos terminan encontrando una solución satisfactoria y aceptada por parte de todos.
En este sentido, el papel que cumple el Consejo Superior de Reyes de África, bajo la Presidencia de Su Majestad Kpodegbe, soberano de Allada, Rey de Benin, estructurando con orden y metodología las responsabilidades de los “reyes y jefes tradicionales” es, verdaderamente, encomiable.
El Presidente de Libia, Coronel Mouamar Kadhafi, vista la importancia adquirida por los “reyes tradicionales”, y en un intento de controlar este movimiento, organizó, el martes 9 de septiembre de 2009 en Syrte bajo su presidencia efectiva, la I Cumbre del Forum de los Reyes, Sultanes, Príncipes, Jeques y Jefes Tradicionales de África, Forum que él mismo había fundado en septiembre de 2008. Varias delegaciones de “reyes y jefes tradicionales” acudieron al encuentro.